Caminata Para Vivir Sin Miedo

En el año del Bicentenario y en medio de un contexto político marcado de violencia y discriminación, las mujeres nos preguntamos si realmente somos libres. Según el MIMP, durante el 2020 se registraron cerca de 14 mil casos de violencia sexual atendidos por los Centro de Emergencia Mujer (CEM), y de enero a junio del 2021 se van registrando más de 10 mil casos de violencia sexual atendidos por los CEM.
¿Qué necesitamos para romper las cadenas de violencia y celebrar nuestra libertad? Bajo esa premisa nos reencontramos con las mujeres, adolescentes y niñas de Carabayllo en la “Caminata para #VivirSinMiedo”, un espacio organizado por Demus y la colectiva Collera, en el que pudimos reflexionar sobre el trayecto recorrido y el camino por andar.
Iniciamos reconociéndonos desde el cuidado, encontrando los puntos que nos conectan e identifican con las demás. Así construimos una constelación que se asemeja a la importancia de mantener y ampliar nuestras redes de soporte. Con la frase “Vivir sin miedo es libertad” continuamos la caminata al ritmo de las compañeras de Yemayá, quienes nos guiaron hasta el siguiente punto donde, con la intención de dejar atrás nuestros miedos, nos rodeamos de flores para escribir nuestros deseos.
Tras aligerar el alma y el cuerpo, nuestros corazones ya no sienten frío, solo la certeza de que juntas podemos romper con el miedo que nos ata. Los días oscuros ya están quedando lejos, avanzamos en colectivo y a paso firme hacia una cima llena de colores, flores y esperanza. Una vez arriba, el camino se despeja y volvemos a empezar. Desde lo alto, la fuerza retumba en los cerros que adornan al distrito: “Nuestras voces son poderosas”, se escucha al unísono.
El sentirnos en un mismo espacio, disipan las dudas y nos recuerda que nos necesitamos entre nosotras para ser libres, que no podríamos llegar solas hasta el punto más alto. “Vivir sin miedo es ejercer mis derechos, porque por mucho tiempo mis derechos fueron vulnerados. Yo creo, que ya es hora que las mujeres defendamos nuestros derechos.” Es una de las reflexiones que nos comparte tras la actividad, la compañera Rosa Marroquín, integrante de la Red de mujeres Organizadas de Carabayllo.
Contamos 200 años de desigualdad y violencia, que son suficientes para romper cadenas y echar raíces, florecer desde la reivindicación de nuestras historias, las de nuestras ancestras y las generaciones venideras. Hacer justicia en memoria de las que ya no están, las que sobrevivieron y las que continúan luchando. Aún podemos reconstruir una realidad distinta en la que Vivir sin miedo sea sinónimo de libertad, de independencia real. ¡Somos libres!¡Seámoslo siempre! porque vivir sin miedo es nuestro derecho.
Fotos: Siara Horna